Al principio de la historia se ven unas manos que se mueven con torpeza realizando una sencilla tarea de clasificación: están separando sobres de azúcar: baja en calorías, normal y morena; sin embargo el tiempo parece ser mayor al que requeriría una persona promedio. Las escenas se siguen mostrando un comportamiento obsesivo: el acomodo de los frascos de especias con exactamente un dedo de separación y se puede percibir que la tarea no parece sencilla, la escena se abre y por fin conocemos a Sam: es un hombre adulto con una expresión de inocencia inusual en el rostro, sus labios separados y la cabeza algo ladeada permanentemente, la sonrisa fácil y un caminado torpe dan la impresión de estar frente a alguien que no sabe conducirse de acuerdo a los cánones sociales. Así es Sam.
Su jefe, George le dice que han llamado y que ya es tiempo, Sam no parece entender de qué le está hablando y pasan unos cuantos segundos hasta que Sam reacciona: tiene que salir a prisa por lo que parece ser sumamente importante para él. Aparentemente no tiene la capacidad de proceder como lo haría la mayoría de la gente: tomar un autobús, Sam camina, camina muy aprisa hasta el hospital a donde llega para recibir a su hija. Sin las capacidades intelectuales necesarias exhibe una buena capacidad emocional, mayor a la de la madre de la niña, quien la rechaza en el momento que la enfermera se la presenta, y Sam asombrado exclama “soy tu padre, eres mi hija”.
Sam se enfrenta a una tarea difícil para cualquier ser humano, y de hecho es esta experiencia retadora la que llevo a la escritora Jessie Nelson a querer hacer la historia, se podría pensar que Sam tiene menos recursos para resolver las demandas emocionales, económicas y físicas que el cuidado de un bebé requiere; sin embargo, Sam es mucho más paciente y recurre además a Annie, quien lo instruye en cuanto a las horas de alimentación y los cuidados básicos: esta situación fue de hecho tomada de la vida real, de la experiencia de una trabajadora social educando a un padre con discapacidad intelectual para cuidar de su pequeña bebé (Nelson, 2002).
Así la pequeña Lucy se integra al mundo de Sam: los amigos de Sam la conocen y la aprecian, todos se involucran en las actividades de la pequeña y Sam la trae a todos lados consigo, siempre procurando cuidarla y darle cariño. Ella se considera una niña afortunada porque su papá no es como los demás papás que no van al parque.
La niña crece y en la escuela los maestros comienzan a preocuparse de las habilidades de Sam, se cuestionan si será un buen padre y lo denuncian a servicios sociales, quienes llevan el caso de Sam y Lucy a corte.
Brad, uno de los amigos de Sam, paciente de la clínica L. A. goal, donde se realizó la investigación, encuentra un bufete de abogados y le sugiere a Sam que vaya ahí; Sam se presenta con Rita Harrison, la exitosa abogada que siempre anda de prisa y que trata a los demás con frialdad.
Rita rechaza el caso de Sam diciendole que se lo pasará a una amiga, pero Sam no parece entender convencionalismos sociales así que se presenta de nuevo para preguntar por la amiga. La secretaria y colegas de Rita no parecen tenerla en un muy buen concepto así que cuando ella asiste a una reunión de la oficina y comenta que esta ayudando a Sam, nadie le cree. Rita se ofende, ¿por qué nadie la cree capaz de realizar una buena acción de manera desinteresada? Para fortuna de Sam, Rita toma su caso para demostrar que no es una abogada despiadada sin escrúpulos y así comienza a involucrarse en el mundo de Sam.
La inocencia y nobleza de Sam van conquistando a Rita quién termina por derribar el muro de frialdad que la separa de los demás. Sam no tiene una inteligencia promedio; sin embargo, rápidamente nota que Rita tiene problemas para relacionarse con su hijo y Rita le confiesa que su matrimonio no es lo que ella espera.
Juntos exploran las dificultades emocionales que la vida les presenta y que poco tienen que ver con el desempeño intelectual. Ambos se dan cuenta que cuando algo nos duele y cuando amamos a alguien no hay un coeficiente intelectual que intervenga.
Tras varias entrevistas y comparecencias en la corte, el juez decide enviar a Lucy con una familia sustituta que cuidará de ella y en donde Sam podrá visitarla para posteriormente reevaluar la situación: esto le rompe el corazón a Sam, quien parece que se da por vencido y es precisamente Rita quien acude a animarlo. Rita lo saca de su encierro físico (Sam estaba en su casa, de donde ya no quería salir) y lo anima a seguir luchando por Lucy y él a su vez saca a Rita de su encierro emocional.
Referencia.
Nelson, J. (Director). (2002). I am Sam (New Line Platinum Series) [Motion picture]. New Zealand: New Line Home Video.
Imagen tomada de http://twilightersparaguay.blogspot.com/2010/01/dakota-fanning-en-i-am-sam.html
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